jueves, 21 de abril de 2011

Cantabria

Se acercaba Semana Santa y cada vez veíamos más imposible poder ir a esquiar (la semana santa del 2011 fue a finales de Abril) así que decidimos ir a conocer Cantabria. Fue a la vuelta de este viaje cuando decidí empezar a escribir este blog por lo que, alguna de las fotos que aparecen no son mias.
En cuanto al alojamiento, elegimos una posada. En Cantabria es muy típico este tipo de alojamiento rústico y existe una gran variedad en cuanto situación y precios. A mi, particularmente, me gustó mucho la experiencia. El trato es más individualizado y el ambiente me resultó mucho más acogedor que en un hotel y con las mismas ventajas (te hacen la cama, desayuno...).
Salimos el Miércoles por la tarde después de trabajar, así que llegamos bastante tarde.


Día 1: Teleférico de Fuente Dé y Potes

Decidimos empezar nuestro viaje visitando la comarca de Liébana. Allí íbamos a ir al Teleférico de Fuente Dé y a Potes.
Partimos desde Santillana del Mar dirección Fuente Dé. El recorrido es un poco largo (1h. 30 aprox) pero las vistan son estupendas lo cual ameniza el recorrido.
Lo primero que debéis hacer al llegar al Teleférico de Fuente Dé es ir a sacar los tickets (15,50 € ida y vuelta para adultos. http://www.cantur.com/teleferico.asp) ya que solo hay dos cabinas y los tiempos de espera son largos. A nosotros nos tocó esperar 1h.30 y eso que no había mucha gente. Para los amantes del senderismo existen infinidad de rutas de diferentes niveles de dificultad. Se puede subir sin necesidad de coger el Teleférico o hacer las rutas que están más altas.
Para comer hay diversas opciones. Yo me quede con ganas de probar el restaurante del Hotel El Oso. Está en un pueblecito llamado Cosgaya a unos 10 Km de Fuente Dé. Me lo habían recomendado varias personas pero finalmente no conseguimos ir.
En las instalaciones del Teleférico hay dos cafeterías una abajo y otra arriba. Yo comí un bocata en la de abajo mientras esperábamos para subir, pero os recomiendo que si podéis, esperéis a la de arriba ya que las vistas desde la cafetería son maravillosas y tenían unos platos combinados con bastante buena pinta y no era para nada caro.
También podéis llevar unos bocatas y disfrutar de ellos en el punto que más os apetezca recreando vuestras vistas.
Algo que me llamo la atención es que hay un hotelito en plenos picos de Europa en la cota superior del Teleférico (Hotel Áliva: http://www.cantur.com/aliva.asp)


No os puedo decir porque no estuve pero debe ser relax absoluto…
Os dejo algunas imágenes:



Bajamos sobre las 5 porque empezaba a hacer frío y nos pusimos rumbo a Potes. Aparcamos el coche y dimos un paseo por el pueblo. La verdad es que es bastante bonito y merece la pena la parada.


Allí compramos algunos productos típicos como el Orujo de Potes que es muy famoso.
Sobre las 8 decidimos volver ya que aún nos quedaba un largo camino de vuelta. Fuimos a cenar a Santillana del Mar aprovechando que estaba muy cerca de nuestra posada. En Santillana encontramos una amplia oferta de restaurantes ya que las dos calles principales están llenas a ambos lados. Nos metimos en uno que tenía una terracita muy agradable. Qué horror!! El pulpo era chiche y 18 euros por un platito enano. Las anchoas… parecía que le habían puesto las espinas a posta. Fue un desastre. Hay que tener cuidado con los restaurantes de las zonas muy turísticas porque te puedes llevar chascos como este.


Día 2: Santoña

El segundo día nos apeteció ir a probar las famosas anchoas de Santoña y de paso conocer la región de Trasmiera.
Nos dirigimos directamente a Santoña, aparcamos el coche y dimos un paseo por el pueblo. Al principio nos metimos por el centro. Son una serie de callejuelas peatonales con una plaza en el centro. Es bastante agradable y además, había mucho ambiente en las terrazas. Nos dirigimos al paseo y nos fascinaron las vistas a la bahía.




Al final del paseo subimos por el Fuerte de San Martín y fuimos a dar con un camino de tierra que indicaba un faro. Empezamos a andar pero pronto tuvimos que volver ya que teníamos reserva en un restaurante para comer. Más tarde descubrimos que es una ruta de senderismo que va bordeando los acantilados y pasa por dos o tres faros. La verdad es que tenía muy buena pinta para dar un paseo agradable. Os dejo el enlace (http://www.turismosantona.com/rutas_urbanas.php)



Fuimos a comer al restaurante Las Brisas, en el paseo de Santoña (es el único restaurante que hay ahí). Nos habían recomendado dos. Comimos de maravilla en plan picoteo, croquetas, anchoas, ensalada, sardinas… y no fue para nada caro.
El otro, Casa Emilia, me quede con ganas de probarlo. Pasamos por delante de él y estaba abarrotado. La especialidad son las sardinas y es más tipo merendero. Tienen fuera la barbacoa donde cocinan las sardinas. Eso sí, debes salir con un olorcito… Pero tenía muy buena pinta.

Después de comer decidimos ir a dar un paseo por la playa de Berria





A las 5 nos pusimos de camino ya que queríamos volver por la carretera de la costa y así poder parar en algunos pueblecitos e ir conociendo la costa. La verdad es que es un camino que recomiendo ya que hay paisajes maravillosos (incluso en algún tramo se pueden llegar a ver los picos de Europa).
Decidimos parar en el pueblo de Ajo ya que vimos en el mapa que tenía faro y pensamos que quizás tuviera unas bonitas vistas, y así fue. Sólo entrar en el pueblo nos encontramos con un mercado medieval. Aparcamos el coche y nos dimos una vuelta. Después de comernos una buena porción de quesada y hacer alguna comprita, seguimos dirección al faro. Según nos íbamos acercando empecé a ver a través de las callejuelas unos acantilados alucinantes rodeados de prados con las vacas pastando (realmente precioso). Llegamos al faro y la verdad es que tenía poco que ver. Ni siquiera se puede llegar hasta él. Así que nos dirigimos hacia los acantilados. Primero te encuentras un prado enorme y según vas andando hacía el mar te encuentran con unas rocas bastante peculiares. Y lo mejor de todo que estábamos solos. No había nadie por allí. Os dejo unas imágenes que dicen más que mil palabras:






Volvimos al coche y aunque ya estaba casi anocheciendo, tuvimos tiempo de ver la maravillosa costa desde Ajo a Santander. De repente, un poco antes de llegar a Somo, vemos en el horizonte unas nubes muy extrañas, empezamos a mirarlas con más detenimiento hasta que descubrimos que no eran nubes sino los picos de Europa nevados! Preciosa imagen.. 

Esa noche decidimos ir a cenar a Suances. Bajamos a la zona del puerto. Estaba todo bastante lleno. Decidimos meternos en una pizzería que tenía buena pinta. El ambiente era muy surfista, al igual que los camareros (y supongo que dueños). Las pizzas eran caseras y estaban bastante buenas. También tomamos una ensalada de queso de cabra buenísima. No recuerdo el nombre pero estaba en la zona del puerto donde están todos los restaurantes.





Día 3: Comillas y San Vicente de la Barquera


Nuestro recorrido era Comillas, San Vicente de la Barquera y luego conocer algunos pueblecillos de ese lado de la costa.
Nos dirigimos directamente a Comillas. Aparcamos y fuimos directos a la oficina de turismo a conseguir un mapa. Fuimos siguiendo (más o menos) una ruta que venía marcada en el mapa. Primero dimos una vuelta por el casco antiguo. Es un pueblo muy bonito con muchos lugares de interés y unos rinconcitos preciosos




 Visitamos el Capricho de Gaudí declarado monumento histórico-artístico en 1969. Su nombre real es Villa Quijano, pero se le aplicó el nombre de Capricho por tratarse de un encargo de Máximo Díaz de Quijano, cuñado del Marqués de Comillas, que deseaba una residencia de verano de tipo oriental.


Después nos dirigimos a visitar El palacio de Sobrellano. Este fue obra del arquitecto catalán Joan Martorell quien lo construyó por encargo del primer Marqués de Comillas, Don Antonio López y López, acabando las obras en el año 1888. Este grandioso edificio de estilo neogótico con ciertos aires venecianos es de planta rectangular y posee en el interior muebles de Antonio Gaudí y pinturas de Eduardo Llorens




Continuamos y dimos un paseo hasta La Universidad Pontificia. No entramos ya que era la hora de comer y estaba cerrado


De vuelta al coche decidimos pasar por el cementerio. Allí se encuentra la escultura del Ángel exterminador de Josep Llimona. La verdad que impresiona
Cogimos el coche y seguimos nuestro recorrido hacia San Vicente de la Barquera. Estaba bastante lleno, no pudimos aparcar, así que dimos una vuelta con el coche para verlo un poco y decidimos seguir tirando, ya que nos apetecía alejarnos un poco del bullicio de los turistas.

Paramos a comer en un pueblo cercano a San Vicente, Oyambre. Allí aprovechamos para ver la playa de Gerra

Seguimos nuestra ruta dirección a Suances, ya que el día anterior no habíamos podido ver la playa y nos apetecía.
Hicimos un par de paradas más, una en la playa de Luaña




Y la otra en la playa de Ubiarco:




Finalmente llegamos a Suances a la playa de los locos, fuimos dando un paseo bordeando la costa y siguiendo unos curiosos caminos que parecían los del Mago de oz. Hasta que de repente descubrimos un sitio alucinante. A un lado tenías un montecito con un acantilado impresionante lleno de unas florecillas moradas (uñas de gato). Al otro unas vistas increíbles de la costa con 3 islitas. Fue una de las mejores puestas de sol que he visto nunca y eso que al final se nublo un poco. 






  Después de esas maravillosas vistas nos fuimos a probar otro restaurante que también me habían recomendado en Suances, Casa Gerardo (http://www.casagerardo.es/) (gracias Mario). Solo puedo decir, maravilloso! Fuimos esa noche y la siguiente repetimos! Relación calidad precio alucinante. Los dueños son encantadores y el lugar es muy agradable. Os recomiendo que probéis el cocido montañés que lo haces de maravilla.


Día 4: Parque de Cabárceno

Decidimos ir a ver el parque ya que nos lo había recomendado bastante gente. Y no se equivocaron, me encantó. El precio es asequible (21 €) y pasas casi el día entero. Está montado de maravilla. Vas en tu propio coche por unos caminos a través de las montañas. Es precioso. Yo tuve la suerte de poder ver todos los animales, a falta de 2. Menos los tigres (no se porque les tienen en un espacio tan pequeño), los demás están campando a sus anchas en espacios bastante grandes.
Lo que más me impacto fue el espectáculo de las aves. Yo que pensaba que iba a ser un coñazo ver a las aves haciendo no se que. Pues me confundía, me dejo impactada. Te enseñan el vuelo de las diferentes clases de aves, las cuales te pasan rozando la cabeza. Y lo más alucinante como ataca cada una a su presa. Increíble. Os dejo alguna imagen:





Habíamos dejado Santander para el último día. El plan era pasar allí el día y por la tarde volvernos para Madrid. Lo malo que cuando nos despertamos estaba lloviendo a cantaros. Aún así decidimos ir a Santander con la esperanza de que dejara de llover, pero no fue así… Llovía tanto que no te podías bajar ni del coche así que decidimos poner fin al viaje y así con la escusa volver a esa maravillosa Cantabría!!

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