domingo, 4 de diciembre de 2011

Segovia


Aprovechando el solecito que nos sorprendió el pasado domingo, decidimos ir a pasar el día a Segovia. Desgraciadamente, según atravesamos los túneles de la A-6 el solecito había desaparecido dejando paso a la niebla y el frío pero bueno, así la estampa navideña era más auténtica… 

Llegamos sobre la 1 de la tarde y una vez que conseguimos aparcar (estaba bastante lleno) comenzó nuestro recorrido.

Nuestra primera parada fue en la plaza mayor, donde se encuentra la catedral. Había muchísimo ambiente en la calle, mucha gente tomando el aperitivo y disfrutando de una bonita, aunque grisácea, mañana de domingo. Así que seguimos el ejemplo y nos tomamos unos vinitos contemplando la bella catedral. Una cosa que nos sorprendió fue que no te cobran las tapas. Al pedir los vinos pedimos también un par de pinchos de tortilla y una empanadilla, y cuando pedimos la cuenta vimos que no nos lo habían cobrado. Así da gusto! La actual catedral comenzó a construirse en el año 1525. Esta catedral sustituye a la antigua que se encontraba en los jardines del Alcázar y que fue destruida durante la Guerra de las comunidades en 1520.


Para hacer apetito, decidimos dar un paseo hasta el Alcázar. La verdad es que me encantó. Me recordó al castillo de Walt Disney, ¿no creéis?
 
Fue construido entre los siglos XII y XVI. Principalmente ha servido de residencia monárquica. También ha servido de prisión y fue el Colegio de Artillería.

Cuando terminamos de verlo (no entramos pero me hubiera gustado) ya eran las 3 de la tarde y pensamos que ya era buena hora para comer.  
Había oído hablar de 3 buenos restaurantes pero íbamos sin reserva ya que el plan surgió sobre la marcha. Uno, el famoso Mesón de Cándido, otro Jose María y por último, El Duque. Lo intentamos en Jose María pero imposible, estaba hasta arriba. Así que pensamos que los otros dos estarían igual y nos metimos en uno que encontramos de camino al acueducto. No recuerdo el nombre pero vamos, tampoco fue gran cosa. El cochinillo estaba bueno pero tampoco nada del otro mundo. También tomamos la sopa castellana y los judiones de la granja.

Continuamos nuestro recorrido rumbo al acueducto. De camino pasamos por el barrio judío y recorrimos todas sus callejuelas.




De repente una de las callejuelas fue a parar a una gran plaza donde se encuentra el acueducto.  
La verdad es que impacta bastante. Es increíble que en aquella época pudieran hacer este tipo de construcciones con tanta precisión. Fue construido para llevar el agua de la Sierra hasta Segovia. No se sabe exactamente la fecha de construcción pero se calcula que fue alrededor del siglo I.


Ya era tarde y empezaba a hacer mucho frío así que nos metimos a tomar un cafetito para entrar en calor para el largo camino de vuelta hasta el coche.  
Si nos sobraba tiempo, teníamos pensado ir a visitar la Granja. Así que lo dejamos pendiente para otro domingo cualquiera.

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