domingo, 3 de junio de 2012

La Granja de San Ildefonso


El domingo pasado nos fuimos a conocer la Granja de San Ildefonso. Llevaba mucho tiempo con ganas de conocerlo pero me habían dicho que esperara a primavera para poder ver las fuentes en funcionamiento, y así lo hice.

La granja fue el lugar de descanso de muchos monarcas. Sus orígenes se remontan a a1450 cuando Enrique IV mandó construir una ermita en honor al Arzobispo de San Ildefonso. Posteriormente, los Reyes Católicos en 1477, donaron la ermita a los monjes de El Parral. En el siglo XVII construyeron una granja como residencia para los monjes y, de ahí viene el actual nombre.  
Unos 200 años después, Felipe V en una de sus visitas al palacio de Valsaín, conoció estos bosques y decidió construir un palacio donde retirarse una vez que abdicara el trono en su hijo Luis I. Y así fue, pero la muerte de su hijo en el mismo año le hizo volver al trono con su segunda mujer, lo cual provocó que se engrandeciera la construcción del palacio y de los jardines.

Nosotros fuimos por la A6 y luego por Navacerrada y la verdad que la zona me pareció maravillosa. Hay una gran cantidad de rutas de senderismo por el parque natural de Peñalara. No conozco la zona pero me han hablado muy bien de ella, así que queda pendiente.

Llegamos sobre la 13 y nos encontramos con un mercado barroco que habían montado por todo el centro:

 
Tras dar un paseo y tomar un aperitivo, nos dirigimos al puesto de información. Las cosas que hay que ver son:

-La Real Fábrica de cristales de la Granja. Nos quedamos sin verlo ya que cerraba a las 15 horas.

-El Palacio Real y sus fuentes. Os dejo el enlace con los horarios: http://www.patrimonionacional.es/Home/Palacios-Reales/Palacio-Real-de-La-Granja-de-San-Ildefonso/Horario.aspx

Las fuentes empiezan a funcionar a partir del jueves Santo. Solo ponen cuatro fuentes al día en funcionamiento. Se encuentran en unos preciosos jardines. Merece la pena perderse por ellos e ir descubriendo las impresionantes fuentes aunque no esten encendidas. Os dejo algunas fotos:











 
Un sitio al lado de Madrid que te permite pasar un maravilloso día en la naturaleza, comer como un rey y admirar mucha belleza. Muy recomendable.

viernes, 18 de mayo de 2012

Los pueblos negros de Guadalajara


Siempre había oído hablar de los pueblos negros que hay en la zona norte de Guadalajara pero la verdad que nunca me había parado a investigar acerca de ellos.

Estaba organizando la próxima escapada con destino a Granada y justo el día antes de irnos, fui a sacar las entradas para la Alhambra y sorpresa!! No quedaban. Me dijeron que podía arriesgar y sacarlas allí pero me dio cosa porque ir a Granada y no visitar la Alhambra me parecía un delito. Por tanto, anulamos el hotel y me puse a buscar rápidamente otro destino y no sé por qué me vinieron a la cabeza los pueblos negros de Guadalajara. Me puse a investigar un poco en internet y enseguida me convencieron.

Lo primero buscar el alojamiento. Me sorprendieron un poco los precios de las casas rurales, ya que me había imaginado que serian más baratas. Finalmente elegimos la de los Doce Robles. Pagamos 150 eur con desayuno. Os dejo el enlace (http://losdocerobles.com/). La casa estaba bastante bien, por supuesto de pizarra negra. Y los dueños, un matrimonio encantador. Lo único malo que las habitaciones no tienen tele y que al vivir ellos en la misma casa, tienes sensación de poca intimidad. Pero para un fin de semana está genial.

Salimos en Viernes por la tarde y hubiéramos tardado una hora y pico si a nuestro GPS no le hubiera dado por llevarnos por la ruta de las montañas. Menuda aventura pasamos. Lo peor, casi llegando, una carretera con unas condiciones que no había visto yo en mi vida. Ya no solo las curvas, eso era lo de menos. El problema era la gran empinación que tenia la carretera tanto de bajada como de subida. Solo os digo que teníamos que ir a 10. Más tarde nos contaron que a ese tramo de carretera le llamaban la muralla china… sin comentarios. Eso sí, el paisaje maravilloso durante todo el camino. Una vez que llegamos, los dueños de la casa nos explicaron que le pasa a mucha gente, que no saben porque el GPS te manda por ese camino que es mucho más largo. Lo ideal es ir por la A2 en vez de por la A1.

Antes de ir, nos avisaron que echáramos gasolina y sacáramos dinero ya que no había ni gasolineras ni cajeros en bastantes km.

Al día siguiente nos levantamos prontito y tras un rico desayuno, el dueño de la casa (Paco) nos explicó qué podíamos visitar. Nos comentó que había una ruta a pie de unos 17 km que recorría todos los pueblecitos y nos pareció muy buena idea. El día amaneció nubloso y con riesgos de lluvia. Menos mal que a Paco se le ocurrió ofrecernos un paraguas… Nos incorporamos a la ruta justo detrás de la casa. Al principio, el camino transcurre por la antigua cañada real.
El primer tramos era el más largo, 7 km hasta el primer pueblo. Cuando estábamos a mitad de camino, comenzó a llover con mucha fuerza pero lo peor fue cuando empezaron los truenos y relámpagos. Estábamos en mitad del campo y el pueblo más cercano a 4 km. Yo creía que me daba algo del susto que tenia encima. Tardamos en hacernos los 7 km como 40 min, imaginaos la velocidad que llevábamos. Finalmente llegamos y nos metimos en un bar a recuperar el aliento. Al cabo de una hora parecía que había parado de llover, así que decidimos continuar. Lo primero, dar un paseo por el pueblo. Se trataba del Majaelrayo. La verdad que precioso.


Continuamos la ruta hasta Robleluengo. El camino transcurre por en medio del campo, la verdad que super agradable.


Este tramos eran unos 2 km. Pensábamos comer allí ya que eran las 3 pero este pueblecito era muy pequeñito y no tenia bar. Lo que más nos llamó la atención, la iglesia hecha de pizarra, una monada:


Continuamos hasta Campillo de Ranas, Este tramo es un poco más durillo en cuanto que subías y bajabas la montaña pero igualmente precioso. 
Campillo de Ranas es el pueblo más grande de todos. Lo primero fue buscar un restaurante ya que estábamos desmayados. Encontramos uno y por los pelos nos dieron de comer. El sitio nos encantó. Se llama la Fragua y, aparte de comer fenomenal, el sitio es monísimo ( http://www.lafraguadecampillo.com/). Justo cuando estábamos comiendo cayó una granizada increíble. Menos mal que nos pilló en el restaurante y no en mitad del campo… Cuando terminamos de comer parecía que el cielo había aclarado un poco así que salimos a conocer el pueblo.


Continuamos la ruta hacia Roblelacasa. Este fue el que más me gusto. Está en una montañita y es como menos turístico (imagino que por estar apartado de la carretera).


Continuamos el camino hasta que llegamos a un río y sorpresa, el puente estaba en construcción! Así que nos tocó dar media vuelta, subir otra vez hasta el pueblo, y desde allí andando hasta nuestro pueblo por la carretera. Eso si que fue un poco paliza. Al final nos hicimos unos 20 km y nos dolía hasta el alma pero la verdad que fue un día fantástico. Es un camino super agradable.



Finalmente sobre las 8 llegamos a Campillejo. Fuimos al bar a tomar algo y decidimos cogernos unos bocatas e irnos a la habitación porque estábamos muertos.

El domingo volvió a amanecer muy negro. La idea era ir a conocer La vereda, un pueblo abandonado de arquitectura negra. Desde el año 77 está siendo rehabilitado por una asociación que cuenta con unos 30 socios. Desgraciadamente no pudimos ir a conocerlo ya que Paco nos aviso que la carretera hasta allí no está en buenas condiciones para ir con lluvia, ya que se cubren los agujeros de la carretera y te impide verlos a tiempo. Y ya había tenido yo suficientes aventuras con las carreteras… Así que cambiamos de planes y nos dirigimos hacia Valverde del Arroyo. Se encuentra situado justo al otro lado del Ocejón (el pico más alto de Guadalajara), pero como hay que rodearlo entero, se tarda un buena rato. Cuando llegamos dimos un paseo por el pueblo que es maravilloso y nos metimos a comer en un restaurante que pillamos de paso.

En general durante todo el viaje comimos de maravilla. Todo muy casero y muy de la “huerta”. Las ensaladas espectaculares. Después de comer queríamos ir a visitar las chorreras que son unas cascadas impresionantes que se encuentran a 2 km andando. A mitad de camino nos empezó a llover y tuvimos que dar la vuelta ya que íbamos sin paraguas. Pero pude tomar alguna foto de lejos.
Desde allí también se puede subir al Ocejón, son unas 2h y media de ruta. Lo dejamos pendiente para otra escapada. Un sitio muy recomendable y muy cerquita de Madrid. Pasamos un fin de semana relajado, en pleno contacto con la naturaleza y comimos como reyes. Además se encuentra muy cerquita de Madrid por lo que no hace falta quedarse a dormir. Se puede ir a visitar un domingo cualquiera.