Y por fin llegó el día! Después de tanto tiempo planeando el viaje. En un principio habíamos pensado recorrernos 5 países (República Checa, Eslovaquia, Hungría, Eslovenia y Croacia) pero nos dimos cuenta que iba a ser demasiada paliza y lo redujimos a tres.
Nuestro recorrido iba a ser Budapest – Lago Balatón – Ljubljana – Bled – Koper – Costa croata – Zagreb – Budapest.
Salimos un Sábado por la mañana y llegamos a Budapest como a las 5 de la tarde. Nuestro hotel estaba un poco a las afueras por lo que esa tarde decidimos quedarnos por los alrededores y descansar para el día siguiente.
DÍA 1. BUDAPEST
El recepcionista del hotel nos explicó cómo llegar al centro. Debíamos coger un autobús y luego el metro. (Primer consejo, mirar bien las distancias de los hoteles, no os fieis de lo que os ponen en los buscadores de hoteles ya que a veces ponen la distancia que hay en línea recta y no tiene nada que ver con la que hay en realidad). Justo cuando llegábamos a la parada se estaba yendo un bus, empezamos a correr y el amable conductor nos esperó. Entramos por la puerta trasera y empezamos a andar hacia el conductor para abonarle el billete, pero cuando llegamos hasta él, estaba encerrado en una cabina y no vimos forma de pagarle. Asombrados nos sentamos cerca de él por si acaso y comenzamos a observar a los pasajeros que subían en las siguientes paradas. Nadie pagaba ni picaba el billete ni nada de nada. No entendíamos nada. Ya llegamos a la parada de metro y le preguntamos a unos hombres, que trabajaban allí, donde comprar los billetes (ni papa de inglés). En Hungría en general tuvimos algunos problemas porque no habla demasiada gente inglés). Finalmente por señas nos mandaron a una caja para comprar los tickets.
Al día siguiente preguntamos al recepcionista y nos explicó que si que se paga el transporte pero que, por ejemplo, desde nuestro hotel hasta el centro no podíamos pagar ni aunque quisiéramos, ya que los billetes se compran en el metro y en esa zona no había.
Ese día, en vez de ir en autobús al centro, fuimos en tren (una especie de cercanías) y lo mismo, cuando llegamos a la estación no había manera de comprar un billete, así que tuvimos que subir en el tren sin pagar.
En fin, un poco extraño el tema de los transportes…
Llegamos al centro y lo primero que hicimos fue ir a la oficina de turismo para que nos facilitaran mapas y demás. A lo que se dedican principalmente es a venderte la tarjeta de Budapest, la cual te ofrece descuentos en entradas a diversos lugares, restaurantes, transporte… etc. No estaba mal pero nosotros preferimos ir a nuestra bola. Así que nos pusimos en marcha. Primero empezamos dando un paseo por Pest. Por si no lo sabéis Budapest está dividido a través del Danubio en dos, Buda y Pest. Pest es más la parte comercial y económica mientras que Buda es más la parte antigua.
Paseando a orillas del Danubio llegamos al Mercado (era Domingo y estaba cerrado así que me quedé con ganas de entrar).
Continuamos y cruzamos por el puente de la vía Férrea:
Paramos a comer en un pequeño restaurante de comida típica. El precio muy bien, 23 euros los dos con entrante, un plato cada uno y vino. La salsa roja es Paprika. Es una especie de salsa hecha a base de pimientos. En Hungría son muy famosos los pimientos, los ves por todas partes. La salsa la utilizan en muchos de sus guisos.
Después de coger fuerzas y descansar un poco del sofocante calor, nos pusimos rumbo a la ciudadela. Decidimos subir a pie desde la Plaza de Szent Gellert. Merece la pena por la vistas y los jardines son muy bonitos. Justamente ahí se encuentra uno de los balnearios más famosos, el balneario Gellert. Solo empezar a subir nos encontramos con una iglesia dentro de una cueva como su propio nombre indica, La Iglesia de la Cueva. Es bastante curiosa la verdad.
Originalmente la cueva fue el hogar de Santo Iván, un monje ermitaño que curaba a los enfermos con aguas termales que manan de un manantial que está dentro de la cueva.
En 1926 se creó la iglesia y en la década siguiente creció gracias al arzobispo de Kalozsa. En el 51 fue cerrada por el régimen comunista y así permaneció durante 40 años. En el 89, el nuevo gobierno derrumbó el muro y le devolvió la iglesia a la orden que la abrió.
Después de una larga caminata, llegamos a la Ciudadela. Las vistas desde allí son maravillosas, ya que es el punto más alto de la ciudad. Fue construido en 1854 como edificio de vigilancia.
Dimos un paseo por la zona y decidimos no entrar a la fortaleza ya que queríamos ir a la ópera (en dos días es complicado verlo todo bien).
La entrada cuesta unos 5 euros y consiste en un bunker de la segunda guerra mundial lleno de salas en las que hay estatuas de cera representando diferentes escenas de la guerra
Este es el Monumento a la libertad. La estatua superior representa la libertad mientras que las dos estatuas inferiores simbolizan la derrota del fascismo.
Comenzamos la bajada por unos bonitos jardines...
y aparecimos en el puente de Elizabeth (el más conocido junto al de las cadenas).
Nos pusimos rumbo a la Ópera. Como en el mapa parecía que estaba cerca, pues decidimos ir andando, pero no lo estaba tanto…
La Ópera está en la Avenida Andrássy así que ya aprovechamos para recorrerla. Por un momento me pareció estar en el madrileño barrio de Salamanca.
Fue declarada patrimonio de la Humanidad en 2002. Está formada por casas y palacios neorrenacencistas que presentan unas preciosas fachadas.
Uno de estos bellos edificios es la Ópera. Mi intención era entrar ya que me habían dicho que era preciosa y que además te contaban unas bonitas historias de la emperatriz Sissi pero cuando llegamos estaba cerrado. Tiene pases a las 15 y 16 horas pero informaros antes ya que depende del horario de las representaciones.
Se inaguró en 1884 en presencia del Emperador Francisco José y, en su momento, rivalizó con la gran ópera de Viena (Wiener Staatsoper).
Volvimos deshaciendo nuestros pasos y aprovechamos para visitar la impresionante Basílica de San Esteban.
Construida bajo estilo neoclásico con planta de cruz griega, de 87 m de largo por 55 m de ancho. La fachada principal se completa con dos torres gemelas a modo de campanarios.
En la capilla ubicada por detrás del santuario, se conserva la reliquia más importante de la cristiandad húngara: la diestra momificada del rey Esteban I de Hungría, primer rey de Hungría y fundador de la iglesia de Hungría.
La basílica es impresionante y está situada entre unas pequeñas calles peatonales llenas de restaurantes. Muy agradable el paseo. Fuimos a dar al puente de las cadenas pero no lo cruzamos, lo dejamos para el día siguiente.
Estaba a punto de anochecer y decidimos hacernos un crucerito por el Danubio para ver Budapest de noche. Lo recomiendo totalmente, tienes unas vistas de la ciudad iluminada que son inmejorables.
El circuito lo hacen diferentes compañías y cada una te ofrece distintas alternativas. Los hay con cena incluida, con bailes y algunos que van a la isla margarita y te dejan bajar…etc. Nosotros cogimos el básico que era de una hora por 11 € y estuvo genial. En el barco hay un pequeño bar en el que puedes comprar alguna bebida. Os recomiendo que llevéis algo de abrigo porque hace fresquito.
DÍA 2. BUDAPEST
Este día lo dedicamos al lado de Buda. Empezamos justo desde enfrente del Parlamento:
Encontramos unas escaleras que subían hacia arriba y ala, a patear! (se puede subir mediante un pequeño funicular). Aparecimos en lo que parecía un pequeño pueblecito con encantadoras callejuelas, el distrito del castillo, que es famoso por las casas y edificios públicos medievales, barrocos y del siglo XIX:
Continuamos andando y aparecimos en la iglesia de San Matías. Se construyó durante el reinado de Béla IV, el primer rey que mandó construir un palacio. Todos los reyes posteriores le hicieron alguna modificación, agregándole una torre, una puerta y ampliando el edificio que durante una época servía también como templo de coronación.
Girando la esquina te encuentras el Bastión de los Pescadores. Se diseñó y construyó entre 1895 y 1902. Las siete torres representan las siete tribus magiares que se establecieron en la cuenca carpatiana en el año 896. Recibe el nombre del grupo de pescadores responsable de defender este enclave de las murallas de la ciudad en la Edad Media. La estatua de bronce que se aprecia en la foto corresponde a Esteban I de Hungría a caballo.
Desde aquí tienes unas impresionantes vistas de la ciudad.
De ahí nos fuimos a los laberintos del castillo de Buda con la mala suerte que estaban cerrados por reformas, así que continuamos hacia el Castillo de Buda.
El castillo de Buda o palacio de Buda es el castillo histórico de los reyes húngaros en Budapest. En el pasado también fue llamado Palacio Real y Castillo Real.
El castillo se construyó durante el siglo XIV en el extremo sur de la colina donde se halla actualmente. Es importante precisar, que sus rasgos arquitectónicos actuales difieren totalmente de los originales a causa de las incontables restauraciones y remodelaciones llevadas a cabo como consecuencia de numerosas batallas a lo largo de los siglos. El castillo de Buda fue declarado Patrimonio de la Humanidad de Budapest en 1987.
Justo antes de salir del Castillo hay un pequeño restaurante con vistas al Danubio. Nos acercamos a mirar la carta por curiosidad pensando que sería carísimo y para nada. Comimos los dos por 30 euros:
Para bajar volvimos por el Bastión de los pescadores y comenzamos a bajar por allí
Cruzamos por fin el puente de las cadenas
Al rato comenzó a caer una gran tromba de agua así que aprovechamos para irnos al hotel a descansar un poco que al día siguiente tocaba cambio de destino.
DÍA 3. LAGO BALATON
A las 11 teníamos que estar en el aeropuerto recogiendo el coche que habíamos alquilado. Cuando llegamos preguntamos por la compañía de alquiler y nos dijeron que no tenía oficinas en el aeropuerto y que solía haber gente con carteles por allí. Nos pusimos a buscar y no vimos a nadie, esperamos un rato y nada, así que llamamos a la compañía mediante la cual habíamos gestionado el alquiler aquí en España y primero te ponen con mil contestadores hasta que te lo coge alguien. Una vez que conseguimos hablar con ellos nos dicen que van a llamar a la compañía del alquiler y que ahora nos llamaban. 2 horas después pudimos solucionarlo. Un desastre. Os aconsejo que llevéis toda esa información mirada para evitaros estas cosas, aunque también es normal que en viajes con tanto cambio de destino y en diferentes países surjan improvistos.
Una vez en la oficina de alquiler, la chica nos explicó como funcionaba el sistema de peajes de cada país.
En Hungría, antes de entrar en autopista, debes pagar en cualquier gasolinera. Tienes diferentes opciones según la duración de tu viaje. El mínimo son 4 días y cuesta 7 euros. Das tu matrícula y lo meten en una base de datos y tú ya te olvidas. Es un método muy cómodo. Lo malo que no dan nada de información al respecto y si no te enteras te la clavan ya que hay cámaras por todas las carreteras chequeando que has pagado.
En Eslovenia el método es parecido lo único que te dan una pegatina que debes pegar en el cristal y es un poco más caro. Pasareis peajes pero veréis que las barreras están levantadas ya que utilizan también el sistema de cámaras. En Croacia funciona igual que en España.
Con 3 horas de retraso ya salimos dirección al lago Balaton. Es el mayor lago de Europa Central y uno de los mayores lagos de agua dulce de Europa. Posee forma alargada, midiendo 79 km de largo y un máximo de 14 km de anchura, con una superficie de 594 km² y una profundidad media de 3 metros.
Conocido como el parque de la nación, las dos orillas del Balaton difieren entre sí: en el margen sur se alza la zona turística con altos hoteles y minúsculas playas, y en el norte se hallan más poblaciones históricas y lugares de interés, senderos de montaña, mejor vino y mucha menos ostentación. Se considera como el "mar interior" húngaro y es el principal destino del turismo doméstico.
Nuestra primera parada fue en Siófok que es la ciudad más importante de Balaton. La imagen lo dice todo:
El pueblecito monísimo y abarrotado de turistas (sobretodo húngaros). Nos paramos a comer algo rápido y tuvimos que pedir por señas ya que ningún camarero hablaba inglés.
Ya nos pusimos rumbo a nuestro pueblo (Héviz) donde habíamos cogido una habitación en una casita de campo. Estaba genial y fenomenal de precio. Nos atendió la hija de los dueños que era encantadora y nos dijo sitios para cenar y nos dio descuentos para el lago de aguas termales al que iríamos al día siguiente.
Nos fuimos a dar una vuelta por el pueblecito. Este pequeño pueblo es famoso por sus aguas termales, cuenta con el segundo lago termal más grande del mundo. El pueblecito es una auténtica monada:
Después nos fuimos hacia la zona de restaurantes que nos había recomendado la dueña de la casa. Estaban situados en una pequeña montaña ,la Villa Egregy. Eran pequeñas casitas cada una con sus propios viñedos y con miradores con vistas a la montaña. No se aprecia bien en las fotos pero realmente es una maravilla de sitio y encima con muy poca gente. Todo un lujo.
Hay un montón de restaurantes para elegir y todos tenían muy buena pinta así que elegimos al azar. Solo hay un problema, no hablan inglés! Por lo menos en el que estuvimos nosotros. La carta en alemán o húngaro, así que me tuve que levantar y mirar un poco los platos de las otras mesas y así es como pedimos. Bueno, pues la mejor cena de todas!
De primero pedimos dos sopas que resulto ser una sopa Húngara muy típica, Gulash. Buenísima. Además como hacía un poco de rasca nos sentó de lujo. De segundo una especia de parrillada pequeña de carne para los dos y todo ello con el vino de la región. Increíble.
De primero pedimos dos sopas que resulto ser una sopa Húngara muy típica, Gulash. Buenísima. Además como hacía un poco de rasca nos sentó de lujo. De segundo una especia de parrillada pequeña de carne para los dos y todo ello con el vino de la región. Increíble.
DÍA 4. LAGO DE HÉVIZ, KESZTHELY Y LIUBLIANA
La entrada al lago no es nada cara aunque tienes diferentes tipos de pases con tratamientos, con masajes y demás. Nosotros cogimos la entrada básica y creo recordar que eran unos 12 euros cada uno por 3 horas. Imprescindible que entréis con un flotador o algo similar. Nosotros lo hicimos porque veíamos que todo el mundo llevaba. Los venden por todas partes y al entrar lo entendimos. Es un lago de agua caliente y no haces pie por lo que para eso sirven los flotadores, para quedarte ahí dentro disfrutando todo el tiempo que quieras. Se está de lujo. Luego tiene algunas piscinas interiores que con el pase normal puedes acceder y una de ellas tiene el tratamiento de ictioterapia (pececitos pequeños que se comen la piel muerta). A mí me dio mucha grima y en esa no entre. No tengo fotos ya que no llevamos la cámara pero os pongo algunas de internet:
Bien relajaditos nos pusimos en marcha hacia otra “ciudad” (por que son como pueblecitos) del lago Balaton, Keszthely que es la ciudad más antigua en las cercanías de Balaton
La verdad que nos quedamos con ganas de quedarnos más días por el lago porque todo lo que conocimos nos encantó y además se estaba de lujo. Hay un montón de actividades de todo tipo.
Nos pusimos rumbo a Eslovenia, a Ljubljana, la capital. Llegamos sobre las 20 horas y nos hospedamos en uno de los mejores hoteles ya que no era nada caro (107 €). Merece la pena darse el capricho. Es el Hotel Union Business. Nos trataron de maravilla, te hacen una ruta con un mapa para que visites todo, nos aconsejaron un par de buenos y económicos restaurantes, nos aparcaron ellos el coche y nos subieron las maletas. Todo un lujo. Lo primero que hicimos es ir a la piscina cubierta a darnos un bañito y ya corriendo nos fuimos a cenar. La ciudad me dejó impactada, es como estar dentro de un decorado de película. No vimos ni una colilla en el suelo.
Llegamos a cenar a un restaurante típico y nos encantó. Cenamos por 30 euros con vino. Se llama Gostilna Sokol y está en el centro. Es bastante conocido así que no tendréis problemas para encontrarlo.
DÍA 5. LJUBLJANA - BLED
Después de meternos uno de los mejores desayunos de nuestra vida, nos pusimos en marcha para descubrir esta preciosa ciudad. Os dejo unas fotillos:
Para subir al castillo puedes coger un pequeño funicular o hacerlo andando. El castillo no merece mucho la pena, lo único por las vistas que tienes desde arriba. Se puede subir a la torre pagando unos 5 euros por cabeza.
Cuando bajamos nos encontramos con este puente lleno de candados. La idea original parece ser proviene de Roma y ya se ha extendido a muchos países europeos. Consiste en que las parejas enamoradas ponen sus iniciales en un candado y tiran la llave al río. Muy romántico, no creéis? Por cierto, si pretendéis colocar uno comprarlo con anterioridad ya que por la zona no venden :)
Lo primero que hicimos es ir a hacer el check-in. Era una posada en una casita en el campo. La casa genial pero la habitación demasiado pequeña.
Lo primero subimos a visitar el castillo. Son 8 euros entrar. Es un castillo construido sobre la cima de un acantilado de 130 metros de altura. Según te asomas esto es lo que ves:
Dimos una vuelta por el castillo. La verdad que tiene rincones muy monos a parte de una exposición de cuadros, muebles y utensilios de la época. Justo cuando nosotros llegamos estaban terminando una actuación con todo de actores vestidos de época. Por los comentarios que oímos estuvo muy bien así que intentar informaros antes de ir por el tema de las horas.
Después nos bajamos al lago para dar un paseo y ver si podíamos coger una barquita que nos llevara a la isla.
El paseo por la orilla del lago es alucinante. Está lleno de cisnes que se acercan para que les des de comer.
El castillo visto desde abajo:
Esta es la barquita que nos hubiera llevado a la isla sino nos hubiéramos entretenido con los cisnes… pero no nos vino mal ahorrarnos unos eurillos porque según oímos son unos 15 o 20 euros más luego allí la entrada a la iglesia va a parte.
La iglesia es conocida por los visitantes por los 99 escalones que conducen al templo. Tradicionalmente, los novios cargan a las novias por estas escaleras, mientras que la novia permanece en silencio, con esto supuestamente se garantizan la felicidad en el futuro. La iglesia tiene campanas, que deben ser tocadas por los visitantes para la buena suerte.
DÍA 6. BLED (LA GARGANTA DE VINTGAR) - KOPER
La garganta de Vintgar se encuentra a unos 4 km de Bled y la verdad que merece la pena ir. No es nada caro (4 euros por persona) y es un paseo por un desfiladero de una hora y media aproximadamente con unas impresionantes vistas.
Después del agradable paseo nos tocaba ponernos rumbo hacia la costa. Teníamos el hotel en Koper. Cuando llegamos no nos lo podíamos creer. El hotel estaba al lado de la carretera, detrás de una gasolinera y parecía que estaba medio abandonado. Y encima no había sido nada barato. El único consuelo que cuando entramos en la habitación, estaba bastante bien por lo que decidimos quedarnos aunque luego nos encargamos de hacerselo saber a booking.
Nos fuimos a comer sobre las 4 de la tarde (no suele haber problemas para comer tarde) y luego en busca de algún lugar donde darnos un baño. En koper encontramos una zona de baño pero estaba pegada al puerto (y no un puerto de veleritos precisamente…) y no nos dio muy buen rollo así que cogimos el coche y por la costa nos pusimos a buscar. Llegamos a Izola y encontramos una pequeña playita de piedras y ahí pudimos darnos un bañito.
Como estábamos cansados, decidimos comprar algo y cenar en la hacitación.
Nos fuimos a comer sobre las 4 de la tarde (no suele haber problemas para comer tarde) y luego en busca de algún lugar donde darnos un baño. En koper encontramos una zona de baño pero estaba pegada al puerto (y no un puerto de veleritos precisamente…) y no nos dio muy buen rollo así que cogimos el coche y por la costa nos pusimos a buscar. Llegamos a Izola y encontramos una pequeña playita de piedras y ahí pudimos darnos un bañito.
Como estábamos cansados, decidimos comprar algo y cenar en la hacitación.
DÍA 7. CUEVAS DE POSTOJNA - CASTILLO PREDJAMA
Nos levantamos prontito y nos pusimos rumbo a Postojna, a unos 60 km de Koper. Allí se encuentran las cuevas más visitadas de todo Europa de 20 Km de longitud. Al llegar te ofrecen distintas combinaciones de entradas. Solo las cuevas, las cuevas y el castillo de Predjama que está a 10 km… etc. Nosotros cogimos la entrada a las cuevas y al castillo y fueron 32 € por persona. Merece la pena totalmente.
Cuando sacas la entrada te dan una hora ya que para entrar en las cuevas tienes que coger un trenecito. Después de ir un ratito en el tren llegas y te agrupan por idiomas (por supuesto que español no hay)
Os aconsejo que vayáis abrigados ya que la temperatura en el interior de la cueva es de unos 7 grados.
Después de repartirnos por idiomas, los guías te sueltan una primera charla y luego ya comienzas a andar durante 1 km donde coges de nuevo el tren. Todo dura una 1 y media.
No se pueden hacer fotos aunque todo el mundo las hacía, eso sí, sin flash para no estropear esta maravilla de la naturaleza.
No se pueden hacer fotos aunque todo el mundo las hacía, eso sí, sin flash para no estropear esta maravilla de la naturaleza.
El castillo de Predjama se encuentra a tan solo 10 km de las cuevas. Lo más curioso es que está construido dentro de la boca de una cueva. El castillo se encuentra en una ubicación espectacular, ante un precipicio de 123 metros. Aunque en realidad el castillo data de finales del siglo XVI, ha habido una construcción en el lugar desde 1202.
Aquí también hay cuevas que se pueden visitar. Nosotros entramos solo al castillo:
Aquí también hay cuevas que se pueden visitar. Nosotros entramos solo al castillo:
A mediados de Julio, se realiza un torneo de caballeros. Durante el evento, toda la localidad se tiñe de un ambiente medieval y se realizan diferentes actividades.
De vuelta a la costa volvimos a Izola a darnos un bañito y pronto a la cama que al día siguiente nos poníamos rumbo a Croacia.
DÍA 8. KOPER - PIRAN - PORTOROZ - KRK (CROACIA)
Aprovechamos para ver el pueblo más importantes de la costa Eslovena, Piran y Portoroz.
Portoroz es típico sitio de veraneo con grandes hoteles y poco más. Piran es un pueblecito bastante mono de calles inclinadas y estrechas. Esta es la típica imagen de Piran de todas las guías:
Portoroz es típico sitio de veraneo con grandes hoteles y poco más. Piran es un pueblecito bastante mono de calles inclinadas y estrechas. Esta es la típica imagen de Piran de todas las guías:
La verdad es que me desilusionó un poco la costa eslovena en comparación a lo que me gusto el resto del país. No se puede tener todo…
Volvimos al coche y nos pusimos rumbo a Croacia!! Nuestro primer destino era la isla de Krk. Para llegar hasta esta isla no hace falta coger Ferry ya que hay un puente.
Esta parte del viaje iba a ser más aventurera ya que no habíamos reservado hoteles. Nuestra intención era dormir en sobes. Las sobes es algo muy típico en Croacia. Los croatas alquilan habitaciones en sus propias casas a unos precios muy asequibles. También alquilan apartamentos.
Llegamos a Krk sobre las 5 de la tarde y lo primero que hicimos es buscar sobe ya que era el primer día que lo íbamos a hacer y estábamos un poco nerviosos por sino encontrábamos nada. En la entrada del pueblo vimos unas cuantas agencias de turismo que se dedican a organizar excursiones y a buscar alojamiento. Preguntamos en tres y en ninguna tenían habitación para una noche y nos dijeron que para una sola noche nos iba a ser muy complicado. Yo ya me veía durmiendo en el coche!!
Como habíamos visto que en las propias casas hay carteles que indican sobe o apartamento pues decidimos aparcar el coche e ir buscando puerta por puerta. Las tres primeras nos dijeron que estaban completas pero la cuarta era una mujer mayor muy agradable y a gritos se puso a preguntar a sus vecinas y al final llamando por teléfono a una nos encontró una habitación. Fuimos a verla y no estaba mal para una noche. El precio es más o menos igual en todas, 40 € una noche y a partir de 2 noches son 30 € la noche.
Nos dimos una ducha y nos fuimos a cenar y a ver un poco el pueblo (lo bueno que se podía ir andando porque aparcar en el centro es imposible).
Primero hicimos una paradita en una de las agencias de turismo para que nos informaran acerca de los horarios de los ferry, ya que al día siguiente visitaríamos la isla de Rab.
Os pongo los horarios ya que en internet no es nada fácil encontrarlos y, aunque varíen un poco en el próximo verano, por lo menos os podéis hacer una idea de cuantos salen al día, de precios... etc.
Hay que llegar con una hora de antelación, por lo menos, ya que se llenan (por lo menos en Agosto). Desde este punto salen dos ferry, uno hacia Rab y otro hacia Pag. Los de Pag salían cada poco tiempo y el trayecto duraba 30 min. En cambio hacia Rab solo salían 4 al día y el trayecto es de 1h. 30.
Primero hicimos una paradita en una de las agencias de turismo para que nos informaran acerca de los horarios de los ferry, ya que al día siguiente visitaríamos la isla de Rab.
Os pongo los horarios ya que en internet no es nada fácil encontrarlos y, aunque varíen un poco en el próximo verano, por lo menos os podéis hacer una idea de cuantos salen al día, de precios... etc.
Hay que llegar con una hora de antelación, por lo menos, ya que se llenan (por lo menos en Agosto). Desde este punto salen dos ferry, uno hacia Rab y otro hacia Pag. Los de Pag salían cada poco tiempo y el trayecto duraba 30 min. En cambio hacia Rab solo salían 4 al día y el trayecto es de 1h. 30.
Llegamos al centro y nos dimos un susto de lo lleno que estaba. Toda la parte que da al mar está llena de restaurantes uno tras otro (tipo paseo marítimo pero sin playa) pues había cola en todos para sentarse a cenar. Decidimos dar una vuelta primero por las callejuelas, pues había que ir haciendo cola para poder andar. Un agobio la verdad. Es una pena porque el pueblecito es una monada.
DÍA 9. RAB
DÍA 9. RAB
Llegamos con una hora de antelación para coger el ferry, y menos mal porque iba a tope. Después de un agradable viaje de 1h.30 llegamos a la isla de Rab.
Nos dirigimos al centro de la ciudad (está como a 20 km) y fuimos directamente a una agencia de turismo. Tuvimos suerte y les quedaba una habitación libre. El precio igual, 40 la noche. Cuando llegamos nos dimos una grata sorpresa, era una especie de pensión con habitaciones con baño dentro y un balconcito. Estaba bastante bien la verdad.
Dejamos las cosas y nos fuimos en busca de una playa. Tirando por la costa, no muy lejos, encontramos una que nos convenció porque tenía un restaurante junto al mar y estaba medio vacía (aún no habíamos comido). Al llegar al restaurante vimos que no éramos los únicos (eran las 5 de la tarde) y pensamos que no nos darían de comer pero, no solo nos dieron, sino que nos prepararon una bandeja de pescado fresco variado impresionante! Era tan grande que no nos la pudimos ni acabar. Comimos de lujo. Luego nos fuimos dar un bañito aunque un poco doloroso… No nos habíamos comprado escarpines y estaba toda la playa llena de piedras. Al día siguiente nos compramos unos y la verdad que merecen mucho la pena.
Al cabo de unas horas volvimos a la habitación, nos dimos una ducha y nos pusimos camino al centro. A lo lejos ya se veía que también iba a estar un poco lleno, y así fue, aunque no tanto como Krk. Dimos un paseo, picamos algo y nos volvimos a dormir.
DÍA 10. SPLIT
A la mañana siguiente nos levantamos pronto para coger el Ferry para dirigirnos de nuevo a la costa. Debéis tener en cuenta que no todos los Ferrys de una misma isla (por ejemplo de Rab), salen del mismo punto. En este caso, para ir a Jablanac, debíamos ir a coger el Ferry a Misnjak y, en cambio el procedente de la isla de Krk nos había dejado en otro pueblo.
El viaje dura una media hora.Te deja en Jablanac, y desde ahí tienes que tirar por carretera nacional unos cuantos kilómetros hasta que llegas a la autopista. Tardamos unas 4 horas en llegar a Split. Es un poco rollo porque es una carretera costera de dos carriles y son todo curvas.
A las 15 horas llegamos a Split y nos dimos un susto al ver las afueras. Son todo de edificios de viviendas altísimos y (bastante feos). Lo primero nos pusimos a buscar una playa porque hacia muchísimo calor. Al fin encontramos una y de arena! Eso sí, muy pequeña y abarrotada de gente. Nos dimos un merecido baño y comimos algo. Eran las 5 y seguíamos sin sobe y, además en una ciudad tan grande, pensamos que iba a ser muy complicado, así que decidimos tirar por la carretera de la costa y parar en algún pueblo. A los 10 km vimos el primer cartel de sobe y decidimos parar. Preguntamos y nos dijeron que estaba todo lleno. Ya nos estábamos yendo cuando de repente un hombre nos preguntó si estábamos buscando para dormir, le dijimos que si y nos dijo que le siguiéramos. Fue a buscar a su mujer y nos enseñaron un apartamento de dos habitaciones grandes, salón, cocina y todo nuevo. Y lo mejor de todo, una terraza con vistas al mar!! Maravilloso, pero pensamos que no lo íbamos a poder pagar. Cuando le preguntamos qué cuanto era la noche no nos lo podíamos creer! 35 euros, increíble.
Esta es la puesta de sol que vimos desde de la terraza:
Por supuesto nos quedamos allí y le dijimos a la mujer que dos noches. Como el mar estaba tan cerca pensamos que habría alguna manera de llegar al agua así que bajamos a investigar. Bajamos por una callejuela y nos encontramos un pequeño camino de cemento con alguna entradilla de piedras al mar. Nos pusimos a andar un poco y encontramos una playita de piedras muy mona. Nos dimos un baño y decidimos comprar algo y hacer algo de cena en la casa que ya había ganas de comida casera!
DÍA 11. SPLIT
La ciudad creció alrededor de la casa de descanso del emperador romano Diocleciano. El palacio fortificado se convirtió después en una fábrica de uniformes romanos y en el núcleo de la ciudad. A principios del siglo VII, los refugiados convirtieron el palacio en una ciudad fortificada y el mausoleo de Diocleciano en la catedral de la ciudad. La ciudad era completamente neolatina a finales del siglo VII.
Tras la Primera Guerra Mundial y la disolución del Imperio austrohúngaro, la provincia de Dalmacia, incluida Spalato, pasó a formar parte del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos (Reino de Yugoslavia).
En 1919 fue renombrada oficialmente "Split" y se convirtió en el principal puerto de Yugoslavia y en la capital de Banovina Litoral. Split tiene varias iglesias antiguas como SV Nikola y Gospa od Zvonika, museos y una galería dedicada al escultor yugoslavo Ivan Meštrović, que se encuentra en la villa que era propiedad del escultor, y varias de sus obras adornan la ciudad.
Estas son las únicas fotos decentes ya que de noche la cámara no me funcionaba muy bien…
DÍA 12.RÍO KRKA - ZAGREB
Nos pusimos rumbo a las cataratas del río Krka. Se encuentran ubicadas en el Parque Nacional de Krka. Llegamos y dejamos el coche en el parking que era gratuito. Fuimos sacar los tickets y pagamos 13 euros por persona. Te dan a elegir entre bajar en bus o andando 1 km. Cogimos el bus que además era gratuito y no había que esperar nada. Cuando llegas abajo lo primero hay un guía que te cuenta que hay una excursión por el río en barco pagando “x” más y que salía a las 3 de la tarde. Luego empiezas a andar por un caminito atravesando el río entre los árboles. Muy bonito pero lo de siempre, hasta arriba de gente.
Después de 30 min de camino llegas a las famosas cataratas. Son preciosas y te puedes dar un baño. Lo único malo que había demasiada gente.
Llegamos a Zagreb sobre las 20h y fuimos directos al hotel (aquí sí que habíamos reservado con anterioridad). Tras descansar un rato nos dirigimos al centro. Tras un buen rato dando vueltas para aparcar, encontramos un sitio. No parecía prohibido (luego no resultó ser así…), ya que, había una señal con un número 6 y seis sitios numerados del 1 al 6 que dedujimos, eran para minusválidos y luego algún sitio con una valla. El resto eran coches normales aparcados.
Nos recorrimos la típica calle peatonal del centro, llena de restaurantes y barecitos. Muy mona y con mucho ambiente. Ahí tomamos algo y nos volvimos para el hotel ya que estábamos muertos y al día siguiente habría tiempo para patear la ciudad.
Llegamos donde habíamos aparcado el coche y ni rastro… menudo susto! Nos quedamos con cara de tontos. No teníamos dinero, ni móvil y la llave del hotel estaba en el coche. Justo pasó un coche de policía y le preguntamos. No sabía nada de inglés y como pudo nos indicó que había una comisaría a 10 minutos. Estábamos poniéndonos en marcha cuando apareció un chico croata encantador. Nos dijo que había visto como se llevaba nuestro coche la grúa. Llamó desde su móvil a la comisaría y nos consiguió la dirección exacta de donde estaba nuestro coche. Eran 50 minutos andando. Le dimos las gracias (muchas veces) al amable chico que nos había salvado y comenzamos a caminar cuando de repente, me doy la vuelta y veo a la grúa llevándose otro coche. Vamos corriendo hacia el lugar y le empezamos a contar al policía lo ocurrido. Tampoco hablaba inglés y los de la grúa menos, pero de repente un chico de los de la grúa preguntó ¿Alfa Romeo? Y yo siiii y nos hizo como señas para que subiéramos en la grúa con ellos. Menos mal. Casi morimos en la grúa debido a la conducción de aquel amable croata pero lo importante es que llegamos a nuestro coche. La broma nos costó 80 euros y yo me puse a discutir con el policía del aparcamiento diciéndole que no era justo que allí no había ninguna señal de prohibido. Lo único que entendí fue que eran las Cortes. Pues mejor me lo ponía! En un edificio así, debería quedar bien claro que no puedes aparcar, no? En fin, una anécdota más, pero os aconsejo que aparquéis en parkings ya que las señales son un poco confusas.
Pero aquí no acaba la aventura ya que cuando por fin conseguimos llegar al hotel, no podíamos abrir. Se les había ocurrido la brillante idea de poner un escáner para abrir la puerta y no funcionaba. Y encima no teníamos móvil para llamar a la chica ya que no era un hotel con recepción 24h. Tampoco teníamos dinero efectivo para una cabina… Nos estábamos yendo hacía al centro cuando por suerte aparecieron unos chicos que iban hacia el hotel. Gracias a Dios. Resultaron ser españoles. Tampoco pudieron abrir la puerta pero por lo menos pudieron llamar a la chica y al rato estábamos en nuestra cama. Pensé que no llegábamos :).
DÍA 13. ZAGREB - BUDAPEST